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Su esposo la abandonó con 6 hijos, 4 meses después, descubrió esto en su coche que le cambio la vida

Muchas cosas en nuestra vida van y vienen, pero el amor perdura para siempre. Cuando pasamos por situaciones difíciles.

Es cuando más apoyo necesitamos, aunque no siempre lo conseguimos. En esos momentos, podemos llegar a pensar que la vida ha sido injusta con nosotros.

Sin embargo, si tenemos presente el amor, este nos dará las fuerzas de voluntad para afrontar cualquier situación y buscar el bienestar de nuestros hijos.

La ayuda y el amor puede provenir desde donde menos lo esperamos. Quizás un familiar con el que no hablábamos hace mucho nos lo muestra, o un completo extraño lo hace.

Eso es lo que le ocurre a la mujer de la que hablaremos en la siguiente historia.

Su marido la abandono y la dejó a cargo de sus 6 hijos. Pero gracias a eso, le ocurrieron cosas que jamás se habría imaginado vivir.

Historia:

“Corría el mes de septiembre en el año 1960. Una de esas mañanas, me levanté y noté que mis 6 hijos tenían mucha hambre.

Yo solo tenía 15 centavos en mi bolsillo y su padre ya no estaba con nosotros. Los niños tenían edades de entre 3 meses y 7 años. Con el abandono de su padre, los niños ya no tenían ese temor dentro de los huesos.

Cuando ellos escuchaban las ruedas del vehículo, corrían a esconderse debajo de la cama. Por un lado, ellos estaban contentos de que ya su padre no estuviera para pegarles.

Pero por otro, yo estaba un poco asustada, ya que, aunque solo aportaba 15 dólares semanales, con eso comíamos. Pero con su partida, se fueron tanto los maltratos como el dinero de la comida.

Si en ese momento había ayuda gubernamental en el sur de indiana, nunca supe de ella. Pero no me rendí por la situación que debía enfrentar. Agarré los niños, los bañé muy bien y los vestí. Luego, yo hice lo mismo y me puse mi mejor vestido. Entonces nos montamos en mi oxidado chevi del 51 y salimos a buscar un trabajo para mí.

Los siete íbamos a todas partes en nuestra pequeña ciudad. Visitamos fábricas, restaurantes y tiendas en busca de empleo, pero nada conseguíamos. Mientras yo trababa de convencer al personal para que me dieran trabajo, los niños trataban de permanecer en silencio. Sin embargo, no lográbamos conseguir convencer a nadie.

Pero decidí seguir intentándolo, así que me dirigí unas millas fuera de la ciudad. Allí encontré un antiguo dispensario de cervezas que se había convertido en una parada de camiones. Su nombre era “Big Wheel”.

La búsqueda implacable da resultados

Allí me atendió una mujer de edad llamada Granny, que era la dueña del lugar. Por casualidad, necesitaba a alguien para el turno de 11 PM a 7 AM. Lo mejor de todo era que podía empezar esa misma noche. Entonces llamé a una jovencita que solía cuidar niños para que se encargara de los míos. Después de regatear, aceptó dormir en mi sofá por 1 dólar.

Cuando llegó en pijamas esa noche, los niños ya estaban listo para irse a dormir. De modo que doblaron las rodillas y le agradecieron a Dios que su madre haya encontrado trabajo. Luego de eso, partí para Big Wheel a mi primera noche de trabajo.

Cuando llegaba a casa, despertaba a la jovencita para que fuera a descansar a su casa. Entonces le daba 1 dólar que lograba conseguir con las propinas. Exactamente era la mitad de lo que regularmente conseguía por las noches. Pero con la llegada del invierno, la calefacción empezó a comerse todos mis ingresos.

A estos problemas, se me sumó el desgaste de los neumáticos de mi vehículo. Ya estaban muy viejos y estaban perdiendo aire. Para ir a trabajar debía llenar las 4 ruedas y para volver a casa también. Una mañana, regresé al estacionamiento y encontré 4 neumáticos sobre el vehículo. No había ninguna nota, solo 4 neumáticos nuevos sobre el carro. Me pregunté ¿existen ángeles y viven en indiana?

Para que la estación local me los montara, hice un trato con el señor de allí. Le dije que le limpiaría su oficina a cambio de que me montaran los neumáticos. Para ser sincera, me tomó más tiempo limpiar su suelo que lo que les tomo a ellos montar los neumáticos.

Las navidades se acercaban y su hijos no tenían juguetes

Ahora empecé a trabajar 6 noches en lugar de 5, y aun así no era suficiente. Además, las navidades se acercaban y no tenía dinero para comprarle juguetes a los niños. Pero encontré una lata de pintura roja, así que la usé para reparar los viejos juguetes de los niños. Entonces los puse en le sótano para que Santa Claus los entregara la mañana siguiente.

La noche anterior, estaban los mismos clientes tomando café. Entre ellos estaban Jim, Les, Frank y un policía llamado Joe. Algunos músicos también estaban por la zona, luego de actuar en Legión. Todos entraban monedas en la máquina de Pinball. Cuando el sol empezó a salir, se fueron uno a uno.

Los ángeles sí existen, y se reúnen en Big Wheel

Cuando por fin se dieron las 7 de la mañana, aquel día de navidad, volví al estacionamiento. Cuando llegué, vi mi chevi lleno hasta arriba de cajas. Entonces abrí la puerta del conductor y me puse a revisar las cajas. Al abrir una, encontré jeans que iban desde la talla 2 hasta la 10. Otra caja tenía camisetas de las mismas tallas. Las otras cajas estaban llenas de caramelos, bananas, frutos secos, bolsas de comida, etc.

Una de las cajas también tenía un enorme jamón para hornear, vegetales, papas enlatadas, etc. También había bizcochos, Jell-O, galletas, harinas, y rellenos de torta. Luego encontré una bolsa llena de productos de limpieza. Pero lo que más me extrañó, fue encontrar cinco camiones de juguete y una linda muñeca.

Esa mañana, conducía por las calles vacías, mientras el sol se levantaba. Estaba muy emocionada y lloré de camino a casa. Esa era la mañana de navidad más maravillosa que había tenido en toda mi vida. La cara que pusieron mis hijos esa mañana quedó grabada en mi corazón para siempre. Y sí, sí había ángeles en el sur de indiana, y para mi sorpresa, se reunían en la parada de camiones Big Wheel.”

Sin duda, la historia de esta luchadora madre nos demuestra que todavía es posible hallar personas de buen corazón. También nos demuestra que la ayuda que necesitamos puede llegar de donde menos lo esperamos. Si te pareció una historia conmovedora, compártela en tus redes sociales.

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